*Con el Mtro. Raúl Aquiles Delgado como director invitado, el ameno programa tiene una segunda función este domingo, a las 12:30 horas
Culiacán, Sin.- Un viaje aleccionador por la música sinfónica de autoreslatinoamericanos -en su mayoría- y temas basados en ritmos, canciones y paisajes y tradiciones de nuestras regionales, ofreció la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, dentro de su programa Postales musicales de América, en el Teatro Pablo de Villavicencio, con el Mtro. Raúl Aquiles Delgado como director invitado.
Dentro de su Temporada de Primavera 2025, el concierto replicará este domingo 27 a las 12:30 horas, con entrada libre a todo el público.
Durante el concierto, Aquiles Delgado pidió disculpas a los miembros de la OSSLA por hacerlos trabajar de más con un repertorio tan exigente como este, que constantemente está en los atriles de las mejores orquestas del mundo y que hoy está reunido en un solo programa, lo que da fe de que la de Sinaloa, es una orquesta excelente.
Abrió con la suite sinfónica Santa Cruz de Pacairigua, del autor venezolano Evencio Castellanos (1915-1984), escrita en 1954 como una tarea de composición enfocada en temas regionales, y la cual recoge danzas venezolanas como el joropo y cantos religiosos, al recrear la construcción de una iglesia en las afueras de Caracas.
Siguió con el siempre bienvenido poema sinfónico Janitzio, de Silvestre Revueltas (México, 1899-1940), compuesto en 1933, en plena época del nacionalismo en lamúsica mexicana, en la que el autor retoma elementos folclóricos de la región tarasca, en Michoacán, tras una visita a la isla Janitzio, en el lago de Pátzcuaro.
En Salón México, de Aaron Copland (Estados Unidos, 1900-1990) tenemos la visión de la música mexicana por un estadounidense, tras una visita al célebre Salón México, influido por un repertorio rico y variado, y fue compuesta en 1932, y estrenada en 1937. Una pieza bellísima, en la que se pueden reconocer algunas canciones y ritmos populares que lo inspiraron.
Luego, una suite muy movidita y sabrosa con Tres danzas brasileiras para orquesta, del compositor Mozart Guarnieri Camargo (Sao Paulo, 1907-1993), en la que recrea música afrobrasileña en sus tres movimientos.
Cerró con otro tema encargado como tarea de composición, como la primera, la Glosa sinfónica Margariteña, del Inocente Carreño (1919-2016), que data de 1954y recoge canciones populares de Venezuela, entre ellas Margarita es una lágrima, recreada como el tema principal, además del Canto del pilón, el Canto de velorio y el tema de Los Tiguitiguitos.
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