50º Aniversario de DIFOCUR- ISIC BOLETINES ISIC ISIC

El Teatro Ángela Peralta es hoy símbolo de la grandeza mazatleca y su desarrollo cultural

* Presentan edición conmemorativa por sus 150 años, en el marco de los festejos de DIFOCUR- ISIC

* El libro contiene la investigación histórica de Sergio López, un capítulo de Juan José Rodríguez con anécdotas, gran cantidad de fotografías y una cronología

Culiacán, Sin.- La historia del Teatro Ángela Peralta y cómo ha delineado la vida y marcado a la sociedad de Mazatlán, desde su construcción en 1874, fue rememorada en el acto de presentación del libro Teatro Ángela Peralta: 150 años, de Sergio López Sánchez y Juan José Rodríguez, en una edición cuidada por Mauricio de la Cruz, profusamente ilustrada, cuya tercera parte incluye una cronología.

El volumen fue presentado en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario, en el marco de los festejos por el 50º aniversario de la fundación de la Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional – DIFOCUR-, hoy Instituto Sinaloense de Cultura, y contó con la participación de Enrique Vega como moderador.

La edición fue financiada por el Instituto Sinaloense de Cultura, en colaboración con el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, y es un homenaje al Teatro Ángela Peralta, a cargo de Sergio López Sánchez y del escritor Juan José Rodríguez, en una edición de lujo.

Enrique Vega, al hacer las presentaciones, dijo que la idea de esta edición fue de Raúl Rico González para conmemorar el 150º aniversario de la primera inauguración del teatro Ángela Peralta en 1874, y está dividida en tres partes: Sergio López se hizo cargo de la parte histórica del Teatro entre su primera y tercera inauguraciones en una versión muy sucinta de dos ediciones anteriores de su investigación.

Expresó que, para los mazatlecos este teatro es símbolo de la grandeza mazatleca, pero también es el centro del desarrollo cultural de la ciudad, y ello gracias a que fue reconstruido en función del proyecto que desde muy joven propuso el arquitecto Juan José León Loya, que fue el impulsor de los primeros grupos que defendían su reconstrucción, logrando incluso que artistas de la talla de Joan Manuel Serrat diera una función para recaudar fondos.

Mencionó a otros mazatlecos que estuvieron luchando para recuperarlo como Antonio Hass, que le sacó la firma al presidente Carlos Salinas, a Ifigenia Hernández de Pescador y María Teresa Uriarte de Labastida, ya desde el gobierno, entre muchos otros.

Sergio López dijo que el Teatro Ángela Peralta de Mazatlán es el recinto teatral más antiguo en funciones en el noroeste de México, seguido del Teatro Juárez de La Paz que es de 1910. Sin embargo, no fue el primer teatro en Mazatlán, pues antes hubo por lo menos cuatro, tras la guerra de Independencia, en una ciudad que, gracias al comercio marítimo, en 1840 tiene ya los teatros Principal y Alegría y luego el Teatro del Recreo.

El Teatro Ángela Peralta fue construido por don Manuel Rubio, un minero de Durango que se vino a Mazatlán y construyó un mesón adjunto a la Plaza Machado, y un día lo prestó a unos actores improvisando un tablado y les fue muy bien, por lo que Rubio decidió construir un teatro en forma y empezaron los trabajos de construcción en enero de 1870, pero don Manuel pereció después, al naufragar el barco en el que iba a San Francisco a comprar la telonería y su viuda heredó el inmueble y lo inauguró en 1874.

Pero el teatro fue reinaugurado en 1881, completamente terminado como Teatro Rubio; y como en 1943 se le dio el nombre de la soprano Ángela Peralta, quien llegó a Mazatlán en 1883, aunque no llegó a cantar en el teatro, por su repentina muerte, Ya como Cine Ángela Peralta cerró en los años 60, cuando estaba ya semi derruido.

Luego, los ciudadanos se preguntaban qué va a pasar con esto, se tumba o qué, y hubo una gran polémica, pero los ciudadanos se empecinaron y dijeron ‘esto no se tumba’, y lo limpiaron, sumaron apoyos y se reinauguró en 1992, ya en el gobierno de Francisco Labastida.

Juan José Rodríguez, autor de la parte contemporánea del libro, desde su reinauguración de 1992, agregó a esos nombres los de Ricardo Urquijo y el de Raúl Rico González, como promotores culturales que desde entonces han dado vida al Teatro, que ha llegado a tener más más de 300 eventos en el teatro al año, nutrida en gran parte con artistas surgidos de la Escuela Municipal de Artes de Mazatlán, que opera el Ayuntamiento, lo cual es único en el país.

Refirió diversas anécdotas en torno al recinto, y recordó la frase de Rodolfo Usigli, que decía que un pueblo sin teatro es un pueblo sin historia, aunque más bien, es un simple pueblo, y la presencia de un teatro como fue para Mazatlán el Ángela Peralta, marca un hito en la ciudad.

“En este libro, yo compilo, recopilo y apilo anécdotas e historias, en una agradable reunión de fantasmas, evocando funciones de Plácido Domingo padre en los sesenta, y su hijo Plácido Domingo, al que le decían El Granado, porque siempre cantaba Granada”, dijo Rodríguez.

Allí Enrique Alonso Cachirulo presentó su pastorela El Portal de Belén, en pleno mayo; allí se realizaron los eventos de Carnaval, de las reinas; ahí, el poeta Amado Nervo daba discursos patrióticos, y estuvo el mago Fumanchú viviendo un tiempo en Mazatlán y en Villa Unión se quedó ahí varios meses.

 

 

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