Este domingo 12 al mediodía, habrá segunda función en el TPV y es gratuita
Culiacán, Sin.- Tras hacer su habitual gesto de “abrir la ventana de la música al mundo”, el afamado director de orquesta mexicano Enrique Arturo Diemecke dirigió a la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes en el programa No. 3 de su Temporada de Primavera 2024, con el tema Shostakovich in memoriam, a 50 años de su muerte, en el que tocó una de las piezas claves del autor ruso.
El programa tuvo esta vez como sede el auditorio del Modular Inés Arredondo, y se integró con dos piezas contrastantes, como son la Chacona a Chávez, de George Frederick Haendel, la cual es orquestada por Diemecke para rendir un homenaje al músico mexicano nacido en 1899 y muerto en 1978 en la Ciudad de México, y la Sinfonía No 1, Fa menor Op.10, de Dimitri Shostakovich, compositor nacido en San Petersburgo, Rusia, en 1906 y fallecido en 1975.
El concierto, que será replicado este domingo 12 a las 12:30 horas, en el Teatro Pablo de Villavicencio y es gratuito, abrió con los alegres sonidos de trompeta arropados por las cuerdas, en la Chacona a Chávez, en honor al gran compositor mexicano Carlos Chávez (1899-1978), en la que Diemecke retoma una chacona de Haendel y la orquestó agregándole percusiones de chachachá.
Eligió una chacona de Haendel para honrar a Chávez, evocando que, en 1937, Chávez transcribió para orquesta la Chacona en mi menor, de Dietrich Buxtehude, que era para órgano, como un homenaje a ese autor y para recordar al mundo que la chacona es una danza de origen mexicano que fue llevada a Europa, de donde volvió ya depurada.
La segunda parte del programa fue Sinfonía No 1, Fa menor Op.10, deShostakovich, quien la compuso a los 18 años de edad y la estreno años después, con cuatro movimientos, de carácter jocoso, jovial, con trompetas en sordina -que indica que no es una música muy solemne- y empieza a juguetear con diferentes ritmos en los que la música tradicional rusa está presente. El segundo movimiento con el protagonismo del clarinete con evocaciones de balalaika, y el tercero, Lento, suavísimo, con solos de violín y de chelo en una especie de serenata, y el cuarto, sin pausa, marcado por las percusiones, retoma un ritmo festivo, concluyendo con una fuerza maravillosa.
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