Instituto Sinaloense de Cultura PRENSA 50º Aniversario de DIFOCUR- ISIC Analizan el acceso a derechos culturales en el marco de la violencia y pérdida de valores
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Analizan el acceso a derechos culturales en el marco de la violencia y pérdida de valores

* Ronaldo González, Óscar Loza y la artista Guadalupe Aguilar participaron en el conversatorio Creación y derechos culturales, como parte de los 50 años de DIFOCUR-ISIC

Culiacán, Sin.- Ante el desplome de los valores sociales, necesitamos articular una política pública trasversal, que articule el tema de la cultura con una política social que incida en la transformación de las prácticas de las relaciones sociales, formar nuevos sujetos que generen nuevas representaciones sociales, otros valores, expresó Ronaldo González Valdez, al participar en la mesa conversacional sobre Creación y derechos culturales.

Esta actividad fue convocada por el Instituto Sinaloense de Cultura en el marco de los festejos por los 50 años de la Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional –DIFOCUR, hoy ISIC-, en la que participaron además la creadora visual Guadalupe Aguilar, y Óscar Loza Ochoa, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, con la escritora Ernestina Yépiz como moderadora, en un evento que tuvo como sede el Centro de Literatura del ISIC.

Ronaldo González, académico e investigador universitario, añadió que, se dice que hay un deterioro cultural o una crisis de valores, lo cual es cierto a medias, porque en rigor lo que ocurre con lo que conocemos como cultura o subcultura de la violencia, tiene que ver con una realidad cruda, hostil, brutal. Cuando al escritor Elmer Mendoza le preguntaban hace diez, veinte años porqué escribía esas historias, él respondía “porque en esta realidad es la que vivo”.

Expresó que cuando el artista recrea estas inmersiones simbólicas de lo social, lo que está haciendo es justamente presentar una realidad, desde otra óptica, y en el caso del narcocorrido, es exactamente lo mismo, con ese género popular que hunde sus raíces en la historia, hasta llegar a los corridos tumbados y demás, con su mantra de que hay que vivir el presente y no nacimos para semilla.

Comentó que prohibir los corridos es absolutamente absurdo y así como hay una iniciativa contra ello, México Canta es una iniciativa reactiva como tantas, es como querer combatir la cultura de la violencia con concursos de valores. Si no transformamos eso, no va a pasar nada, y vamos a seguir teniendo al corrido tumbado como el gran embajador de la cultura de México en el mundo.

Por su parte, Guadalupe Aguilar comentó que “todos creemos en la capacidad transformadora de la cultura, y a mí, como artista, me interesa incidir en la sensibilidad, recuperar el sentido de la cultura desde la sensibilidad, y mi lectura sobre la situación cultural actual es que tenemos muchos problemas, que tenemos una noción de cultura que se ejerce parcialmente, y que no es un problema de Sinaloa sino nacional”.

Agregó que actualmente se ha puesto mucho énfasis en rescatar los derechos culturales desde las comunidades que no han tenido acceso a ello, reconoció, pues hablar de cultura es hablar de creatividad, de poner en acción todas esas capacidades que todos tenemos. Hasta ahora los modelos del pensamiento para acercarnos al mundo y mejorarlo, vienen desde lo racional; cualquier expresión cultural va directo a la emotividad y podemos aprovecharnos de eso para abrir nuevas veredas, lo cual no es tarea fácil, pero lo podemos hacer.

Por su parte, Loza Ochoa dijo que tenemos elementos que arrastramos históricamente y nos ayudan a no partir de cero y sin embargo, tenemos que abrirnos y trabajar más ampliamente en esto, porque hasta ahora, no se han abierto mecanismos que partan desde el Estado con una serie de acciones.

“Tenemos un problema de violencia muy serio y la SEP, y en general todas las instituciones generadoras de cultura, como las universidades, solo piensan en lo que están haciendo al día en el aula, pero las acciones antisociales ocurren las 24 horas del día”.

Ante esta ola de violencia, dijo, para protegerse, la sociedad buscó restringir la vida en la vía pública, pero la mejor respuesta no es cerrar los centros de recreo o reducir los horarios de convivencia familiar; esa no es la respuesta adecuada.

“El Estado tiene la obligación de garantizarnos eso, y hoy sí veo muchas posibilidades de arribar a una legislación más completa y a una actitud renovada por el Estado para coincidir con todas las iniciativas que tenga la sociedad para encontrarnos con propuestas para superar esta muy mala coyuntura”, precisó.

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