* En la Sala de Formación Lectora del ISIC, Juan Márquez y Genaro Tolosa hablaron de los caudillos sinaloenses en “El águila y la serpiente”
Culiacán, Sin.- En una amena y concurrida charla, evocativa por el tema en sí, y con apoyo de abundante material fotográfico y documental, en la Sala de Formación Lectora del Instituto Sinaloense de Cultura se desarrolló el tema “Culiacán 1913: Martín Luis Guzmán y los caudillos sinaloenses”, a cargo de Juan Andrés Márquez Zatarain, licenciado en Letras Hispánicas, y Genaro Tolosa Vizcarra, ingeniero civil y licenciado en Filosofía.
Tomando como fuente la novela autobiográfica “El águila y la serpiente”, del escritor chihuahuense Martín Luis Guzmán (Chihuahua, 1887 – Ciudad de México, 1976) los egresados de la Universidad Autónoma de Sinaloa explicaron que, en este libro, en el que narra sus inicios en la Revolución Mexicana, Guzmán dedica varios capítulos a su estancia en Culiacán, junto con revolucionarios de Sonora.
Los expositores dieron antecedentes sobre el escritor y destacaron su gran versatilidad narrativa, que va de lo literario a lo periodístico y la crónica; la obra, dijeron, incluye lo mismo paisajes, lugares, personajes e historias que conoció en Culiacán, tras haber sido tomada por las fuerzas de Álvaro Obregón, así como de los caudillos sinaloenses a los que conoció junto con muchos otros, como son Salvador Alvarado, Ramón F. Iturbe, Juan Carrasco, Rafael Buelna, Ramón F. Iturbe, Juan Carrasco y Rodolfo Fierro.
Apoyados con la proyección de fotografías, se refirieron a la alegre descripción que hace de la pequeña ciudad, asombrado por su verdor, tal vez tras meses de viajar por el paisaje semidesértico sonorense.
Interrumpidos a veces por el público que insistía en aportar sus conocimientos sobre el tema, los expositores mencionaron la extrema religiosidad católica de Ramón F. Iturbe, que en esos años hizo construir la primera escalinata de La Lomita; las parrandas de Juan Carrasco y de la Güera Carrasco; de la fiesta en lo que fue la casa de Francisco Cañedo a la que invitaron a las más destacadas familias culichis, y la detectivesca historia del asesino en serie en el caso de “La araña asesina”, que se dice, pudo haber inspirado un cuento de Jorge Luis Borges, por la temática.
A Salvador Alvarado lo describe como un militar astuto y enérgico, con una visión nacionalista más allá de lo bélico; a Rafael Buelna lo describe con admiración por su juventud y valor, y una cierta melancolía por su destino trágico. Y a Rodolfo Fierro, a quien describe en otra parte del libro, lo pinta como el ejecutor implacable, cuya frialdad y crueldad son impactantes, en la fase más violenta de la Revolución.
A final abrieron la charla a los comentarios, ya abiertamente, del público, en una sesión de preguntas y respuestas.
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