* Dirigido por el videasta Felipe Parra, múltiples voces reconstruyen el acontecer de la institución cultural desde 1975 a la fecha
Culiacán, Sin.- Un esbozo de la historia de los 50 años de Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional -DIFOCUR, hoy Instituto Sinaloense de Cultura- en las voces de algunos de sus protagonistas, fue presentado en el documental “50 años DIFOCUR-ISIC”, del videasta Felipe Parra, estrenado este lunes por la noche en el Teatro Pablo de Villavicencio.
Conducido por los actores Rodolfo Fito Arriaga y Claudia Apodaca, quienes nos llevan por diversos espacios del Centro Cultural Genaro Estrada y aun desde el Parque Revolución donde estuvieron las primeras oficinas y talleres de DIFOCUR, tras la publicación del decreto que le dio vida el 7 de mayo de 1975, hasta la construcción del inmueble y apertura en 1980, poco antes de dejar el gobierno Alfonso G. Calderón.
Con amplio material fotográfico y documental, el video muestra a Sandra Calderón asumiendo la dirección de la naciente institución, e imágenes de algunos de los primeros talleres de danza contemporánea, folclórica, pantomima y de música, así como de las semanas culturales que, en forma de caravanas, recorrían rancherías y colonias de todo el estado difundiendo el arte y la cultura.
A través de personajes que vivieron el proceso, artistas, gestores culturales y algunos ex directores, el documental nos conduce paso a paso por las actividades formativas de la Escuela José Limón, hasta desembocar a sus primeras licenciaturas en música y danza contemporánea en la primera década de este siglo; la formación de las primeras compañías, entre ellas la Banda Infantil y Juvenil DIFOCUR, y la compañía folclórica.
Entre las voces que narran la historia se hallan Manuel Acosta Román, Margarita Vélez, María Teresa Uriarte, María Luisa Miranda, Juan Ramón Manjarrez, Papik Ramírez, José Luis Montaño, Carlos Ruiz Acosta y Juan Salvador Avilés Ochoa. Entre los artistas y trabajadores culturales, participan Roberto Balcázar, Aldo Rodríguez, Diego Rojas, Héctor Chávez -coreógrafo que, desde sus inicios, trajo el germen de la danza contemporánea a la entidad-, y el Mtro. Gordon Campbell, director fundador de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, en 2001, cuya presencia fue un parteaguas en muchos sentidos y dio paso al surgimiento de nuevas compañías.
Artistas como el tenor navolatense José Manuel Chú, y la mezzosoprano guamuchilense Oralia Castro, narran que realizan sus estudios en la capital del país y, al volver a su tierra, encontraron tierra fértil para desarrollar su talento, algo inimaginable en otra época. “A las pocas semanas de que audicioné, ya estábamos estrenando una versión local de la ópera La flauta mágica”, dijo Oralia.
El guitarrista clásico Pavel Meza, al referirse a la formación de las primeras licenciaturas, narró como él y otros músicos tuvieron que salir del estado para estudiar una licenciatura en guitarra clásica, y ahora están enseñando este arte a jóvenes de la localidad, que ya no tienen que salir para hacerlo.
Un apartado fue dedicado a los Festivales, que iniciaron con el realizado en el sexenio de Francisco Labastida, con el poeta Jaime Labastida como director artístico, y que, desde el gobierno de Juan S. Millán, en este siglo, se recuperó con otro nombre, y además se crearon muchos más, como el de guitarra, el de Cultura Infantil, el Yoreme, etcétera.
Otros temas fueron los premios nacionales en diversas disciplinas que otorga la institución y que han dado nombradía a los artistas que los reciben entre otros temas, y cerraron con un análisis del legado que, en estos 50 años, directores, creadores y trabajadores de la cultura, han dejado con su aportación, aun en épocas de bonanza como de crisis terribles, como la de diciembre de 1994, que estuvo a punto de desaparecer a la institución, o la pandemia, cuando tuvo que reinventarse con actividades a distancia.