* Con dramaturgia de Marcela Beltrán y la dirección artística de José Manuel Chú, la obra se presentó como parte de los 50 años de DIFOCUR – ISIC
Culiacán, Sin.- Con la escena de una sala que lo mismo puede ser parte de un salón de palacio que la de una casa, con una gran foto de Mozart al centro, y unos cuantos taburetes y mesas como mobiliario, la puesta en escena de la obra Mozart, la vida de un genio, fue aplaudida en el Teatro Socorro Astol, a cargo del Taller de Ópera de Sinaloa, que se multiplicó para interpretar a diversos personajes.
Esta recreación escénica que combina música y teatro, aderezada con las mejores arias y dúos del genio de Salzburgo, contó con la dirección artística del tenor José Manuel Chú, director artístico y coach del TAOS, y formó parte de los festejos del 50º aniversario de la fundación de la Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional -DIFOCUR, hoy Instituto Sinaloense de Cultura-.
Con el acompañamiento al piano de la maestra Zlatina Valkova y del maestro Salomón Gil, y la dirección escénica y dramaturgia de Marcela Beltrán, los cantantes van develando tramo a tramo la vida de Wolfgang Amadeus Mozart desde su niñez, truncada por los duros ensayos, a las largas giras y las constantes presentaciones a que lo somete su padre Leopold.
Vemos al bajo/barítono Daniel Rodríguez interpretando a Mozart; al tenor Alejandro Pacheco como el conde Colloreda; al bajo Cyan Rangel como el tiránico Leopold Mozart (papá) y el príncipe Segismundo III; y a las sopranos Cecilia Antelo como la madre de Mozart; a Elisa Haro como Nanert (hermana de Mozart)y el empresario Da Ponte; a Evelyn Tovón, Jessica Torrero y Vianney Martínezcomo narradoras y otros personajes, además de que todos cantan arias, dúos y coros.
La historia habla de la soledad del pequeño Mozart, compositor a temprana edad e intérprete, con su hermana Nanert como única compañera hasta que, al crecer ella, deja de encajar en el papel de niña genio con el que son exhibidos en todas partes y son separados.
La muerte del arzobispo de Salzburgo, Segismundo III, en cuya corte la familia Mozart es favorecida, para caer en desgracia al morir, y sucederlo el Conde Colloreda. La creación de sus más grandes óperas de la mano de empresarios como Da Ponte, lo cual no lo salva de la pobreza, pese a su éxito. Luego la enfermedad, la misteriosa visita del embozado caballero en noche tormentosa que le encarga componer un réquiem, y su muerte.
Las piezas entreveradas en la narración son la Obertura de “Las bodas de Fígaro”, al piano; el aire Cinque, Dieci, de “Las bodas de Fígaro”, por Daniel Rodríguez y Cecilia Antelo; la hermosa aria Voi che sapete, de “Las bodas de Fígaro”, por Elisa Haro; el dúo Sull´aria, de “Las bodas de Fígaro”, por Cecilia Antelo y Vianney Martínez.
Además, EvelynTobón y Daniel Rodríguez cantaron La ci darem la mano, de “Don Giovanni”; Cyan Rangel interpretó O Isis und Osiris, de “La flauta mágica”; mientras que Daniel Rodríguez dio voz a Non piú andrai, de “Las bodas de Fígaro”; Alejandro Pacheco interpretó “Cossi fan tutte”; y Jessica Torrero, como siempre, lució con el aria La reina de la noche.
En el pasaje de los últimos días y muerte de Mozart, al piano se oyó el Introitus, del “Requiem aeternam” y todos en coro, ante el cadáver del genio, cantaron la célebre Lacrimosa, tras lo cual se recordó al mundo, a 234 años de su fallecimiento, el legado de este gran músico, cantando además, el dúo de Papageno y Papagena, por Daniel Rodríguez y Elisa Haro, y todos cerraron con el Final de “La flauta mágica”, entre los intensos aplausos del público que, por la naturaleza de la obra, esta vez se guardaron para el final sus expresiones de admiración.