*Con teatro de papel, Viviana Amaya presenta una obra sobre la aceptación en el 20º Festival de Monólogos
Culiacán, Sin.- Con la obra de teatro de papel Doce maneras de afilarse los colmillos, de Óscar Martínez Vélez, la actriz Viviana Amaya trajo una reflexión sobre las diferencias que nos definen como personas y la búsqueda de la aceptación de los demás en la etapa adolescente, a través de una historia de un joven hijo de vampiros que no se define como tal.
La pieza, realizada con un toque de humor y que despertó el interés de chicos y grandes que llenaron el Teatro Socorro Astol del Instituto Sinaloense de Cultura, se presentó en la segunda jornada del 20° Festival del Monólogo Teatro a Una Sola Voz, organizado por la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) con apoyo de ISIC.
Actuada y dirigida por Viviana Amaya, de la Ciudad de México, ella es integrante de la compañía Viviana Amaya Escena, y sus figuras para teatro de papel son retomadas de las ilustraciones de Luis San Vicente Oliveros, que ilustran a su vez el libro juvenil de Óscar Martínez, y montada con la asesoría de Tania Becerra.
“Doce maneras de afilarse los colmillos” es una novela juvenil que sigue a Elisandro, un joven vampiro que no encaja con las expectativas familiares. No le gusta la sangre, no sabe volar y se asusta fácilmente.
Para convencer a sus padres de que le permitan asistir a la escuela diurna, se somete a una serie de pruebas absurdas y divertidas, mientras enfrenta problemas como los efectos de la luna llena y la desaparición de su perro. La historia explora temas como la aceptación de uno mismo, la diversidad familiar y la adolescencia, todo con un tono humorístico.
Los papás de Elisandro están preocupados porque no le gusta beber sangre, no sabe volar y se asusta fácilmente, es decir, no embona nada bien con lo que tradición dicta que debe ser un buen vampiro, por lo que es expulsado del instituto para vampiros Zuremburg y para ser reintegrado y recuperar a su perro Espagueti, deberá someterse a varias pruebas.
Una tras otra, las va reprobando y sumiendo en la vergüenza a los directivos de la Hermandad de Vampiros y a sus padres. En naves intergalácticas, van de un planeta a otro, donde es sometido a pruebas que va reprobando, pero es inútil. Eso sí, solo le fascina ver a la luna llena.
Cansado de todo, decide huir a un bosque con árboles desnudos donde se sienta a ver la Luna y a reflexionar sobre su situación. Allí va a buscarlo un viejo amigo quien lo anima a afrontar su situación y a decirle a sus padres lo que verdaderamente siente. Lo hace y la verdad lo hace libre, porque finalmente es aceptado como lo que realmente es.
ESTE DOMINGO, “NINA Y EL MISTERIO DE LA TORTUGA”
El domingo 29, la obra Nina y el misterio de la tortuga, de Andrómeda Janhybeck Mejía Loza, a cargo de la compañía Los tres pies del Gato, dirección de Andrómeda Mejía, actuación de Andrómeda Mejía, de la Ciudad de México.
Había una vez una princesa que escapo de un orfanato, y había una vez un chico con más corazón que cabeza, que se convirtió en su guardián, y juntos trazarán el mapa de su aventura en una ciudad que amenaza con devorarlos; no importa la edad que tengamos, todos anhelamos un abrazo de nuestra madre.