* El público nunca dejó de aplaudir cada una de las arias ni de disfrutar de la historia y la música de la obra de Puccini
Culiacán, Sin.- Bajo la dirección artística del Mtro. José Manuel Chú, reconocido tenor, los jóvenes vocalistas del Taller de ópera de Sinaloa del Instituto Sinaloense de Cultura, presentaron una digna puesta en escena de la ópera La bohemia, de Giacomo Puccini, que conmovió al público que asistió al Teatro Pablo de Villavicencio, esta noche de sábado, donde los aplausos y aun los bravos en las escenas más icónicas de esta obra fueron la constante.

Brillaron en el reparto la soprano Evelyn Tovón como la pobre Mimi , el tenor Alejandro Pacheco como Rodolfo, el poeta, que son los personajes principales de esta historia de amor, a la par que Cecilia Antelo, quien hace el papel de Musetta y Carlos Rojas, que da voz a su enamorado Marcello.
Todos los demás personajes son secundarios, pero no menos importantes: Daniel Rodríguez como Schaunard y Cyan Rangel como Colline, y el tenor Iván Valdez dobletea en los papeles de Benoit y Alcíndoro. Como meseras, lecheras y vendedoras participaron Belén Valenzuela, Ángela Rodríguez y Blanca Espinoza, que son de las nuevas integrantes.
Usando gigantescas de video para suplir los telones con que se ambientaron las diferentes escenas, desde la buhardilla de París donde un grupo de jóvenes comparten sus sueños y su hambre, al parque invernal donde los enamorados ríen o riñen a la miserable habitación del fatal desenlace, con el moblaje necesario para apuntalar las escenas, la obra transcurrió sin contratiempos, y el público no dejó de mostrar su aprobación con aplausos.
Acompañados al piano por la maestra Zlatina Valkova y por Salomón Gil, situados en el foso, junto con el director, la obra contó además con la dirección escénica, y la iluminación y montaje escénico de Marcela Beltrán, y el supertitulaje de Abel Quijano, y la maestra Jessica Torrero como asistente de dirección escénica, en una obra que recoge los mejores extractos de esta obra (sin coros, entre otras escenas).
Momentos emotivos y muy aplaudidos fueron las arias de Rodolfo y Mimi, cuando se presentan y se enamoran en la escena de buhardilla, que motivó incluso algunas vivas.
Luego el segundo acto, en el Café Momus, a donde Rodolfo lleva a Mimí y la presenta a sus amigos y donde entra Museta con su amante rico del que ya está harta y, al ritmo de la famosa aria Cuando yo voy, lo abandona para juntarse con Marcelo, el pobre pintor.
Son cuatro actos, con intermedios que dan el tiempo suficiente para cambiar el moblaje de cada escena: La del parque nocturno con la nieve blanqueando todo, y Mimí procurando a Marcelo en el hostal para que abogue por ella ante Rodolfo y la terrible verdad. El posterior reencuentro del parque, y el cuarteto en el que dos parejas riñen y dos se reconcilian. Lo demás hay que verlo, pero fue igualmente aplaudida y gustada por el público.