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Aplauden a Carlos Morales y la OSSLA en Concierto para violonchelo

* El programa 5 de la OSSLA será replicado este domingo en el TPV, con entrada libre, e incluye la Sinfonía No. 4 del genio alemán

Culiacán, Sin.- Con el famoso Concierto para violonchelo en la menor, opus 129, de Robert Schumann, en el que brilló con su talento el joven Carlos Morales, la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes continuó su Temporada de Otoño 2024con el programa Schumann el Grande con la OSSLA, la tarde de este jueves en el Teatro Pablo de Villavicencio, bajo la dirección del Mtro. Eduardo García Barrios.

El programa Schumann, el Grande con la OSSLA, será replicado este domingo 6 de octubre a las 12:30 horas en el mismo lugar, esta vez con entrada libre a todo público.

Como es su costumbre, García Barrios se refirió un poco al Concierto para violoncelo, compuesto por este genio de la música universal en sus tormentosos años finales al borde de la locura, entre la más profunda depresión y la másterrible tragedia, sentimientos que plasma en esta pieza.

Carlos Morales, un joven de un talento muy prometedor, recién egresado en abril pasado de la licenciatura en violonchelo, precisamente con esta pieza, sorprendióal público que la tarde de este jueves acudió al Teatro “a pesar de todo” en estos días tristes.

El intérprete, ganador del concurso interno de la OSSLA para solistas, expresó su admiración por Schumann (Alemania, 1810-1856) en un poema incluido en el programa de mano en el que dice: “Bajo el efluvio de la noche trastornada / aparece tu mirada de estrellas. / Qué placentero es el instante / en que se acurrucan / entre la música de tus vanidades.”

Fue una ejecución limpia, largamente aplaudida, ejecutada en tres movimientos que el maestro García Barrios describe como “un viaje por la mente de este genio que todo lo veía y agrupaba según su fantasía”.

Completó el programa con la Sinfonía No. 4, en cuatro movimientos concebidos como uno solo, sin pausas, y que fue producto de la transformación, diez años después, de lo que fue la Sinfonía No. 2, que estrenó sin mucho éxito, después de abordar el género a instancias de su esposa Clara, gran pianista, quien le hizo ver que su genio ya requería de un formato más amplio, como el de la sinfonía.

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