*En Raptola, violola y robola, hace una crítica al amarillismo de revistas policiacas
Culiacán, Sin.- Con un montaje de la obra Raptola, violola y matóla, del dramaturgo Alejandro Licona, el Taller de Teatro Juvenil y Adultos de la Escuela Superior de Artes José Limón cerró el ciclo escolar, en el Teatro Socorro Astol donde, bajo la dirección de David Zatarain, se narraron seis historias sacadas de la nota roja y en las que autor hace una crítica al mal gusto con que algunos medios las tratan, así como a la gente que gusta de este tipo de noticias amarillistas y sensacionalistas.
Se tratan, ha dicho el maestro Licona, de historias basadas en hechos reales, sucedidas durante el siglo 20, y cuyos escandalosos titulares en medios amarillistas, consternaron a la sociedad con esos crímenes concebidos desde la pasión humana, los celos, la envidia y la represión.
Planeado como un espectáculo de tandas, con un presentador (José Miguel Ramírez Bernal) que en verso va anunciando cada número, enlazando unos con otros. Periódico en mano, lee algunos titulares que considera como “toda una mercadotecnia del horror y del morbo”, a través de publicaciones como la Alarma y otras, porque no está en contra la sección policiaca en sí, que es un “barómetro de la sociedad” y la “verdadera sección de sociales”.
Luego presentó el primer cuadro, Agarró a plomazos a la casquivana, con las actuaciones de Ximena Isabel García como la Trabajadora, y Adriana Escobosa Hach, como la Esposa, en un asesinato por celos.
El segundo cuadro se llamó La tamalera diabólica, con seis personajes, Ligoria, Bonifaz, Amelia, Cliente y dos investigadores, personificados por Luz Elena Trejo Ramírez, Samuel Antonio Torres, María José Lizárraga, María Alejandra Urquídez, Adriana Escobosa y Luis Cortez Hernández.
Le siguió Con saña inaudita, para dos personajes, con Soledad (cholita), Rosa María Preciado como Cholita y María Alejandra Urquídez como Carmen, y luego El estrangulador de Barrancos, que cambia el nombre original de la colonia para adecuarla a Culiacán, y en la que actúan Nora Camargo Bojórquez como Cuquita; José Miguel Ramírez como Miguel.
Otro cuadro más se llamó Promesa de amor, un monólogo a cargo de María Guadalupe García Hendrickson, quien representa a Margarita, la Comeorejas, y cerró con la pieza Horrendo crimen pasional, un diálogo a cargo de Javier García Uribe como Rosendo, y Luis Cortez Hernández como Rodrigo.
Son piezas breves, de 10 a 15 minutos, y divertidas pese a su temática, pero con un humor negro, diseñadas para ejercer una crítica social desde el arte.